lunes, 18 de marzo de 2013

LOS SIMULACROS

Una de mis últimas sorpresas literarias más gratificantes ha sido Los simulacros de Philip K. Dick (The Simulacra, 1964). La verdad es que llegó a mis manos por pura casualidad, cuando fui a la biblioteca de mi barrio a ver si tenían algún ejemplar de Ubik (1969), también de Dick. Cuando llegué a la sección de la estantería en la que estaban las obras del autor, me topé por casualidad con la portada de Los simulacros, que llamó notablemente mi atención.
Al final me llevé prestado Ubik, que está considerada una de las grades obras de Dick, e investigué sobre Los simulacros, pues por alguna razón pensé que podría tratarse del libro que inspirara la película Los sustitutos (Surrogates, Jonathan Mostow, 2009) porque habían cometido una de esos errores de traducción tan usuales en el ámbito cinematográfico y audiovisual en genera ―mención especial a Los Simpsons, en cuyas traducciones conviven acertadísimas adaptaciones de chistes con estrepitosos errores―. Pero no era así, Los simulacros era otra historia, e investigando descubrí que por alguna razón, figura entre las "obras menores" de Dick. 
Finalmente, leí Ubik, que me gustó, pero no me pareció para tanto. Pero intrigado por la portada y el silencio que de alguna forma envolvía a Los simulacros, no pude resistirme a que fuese mi siguiente lectura.
Y cual fue mi sorpresa a descubrir que es un libro asombroso, donde Dick vuelve a recrear uno de sus peculiares universos en el que diversas tramas avanzan y se entrecruzan en una historia a varias voces absolutamente fascinante. Todo esto es mi opinión, quizá yo sea el raro, y si bien es cierto que he disfrutado con muchas novelas de Dick, con ninguna tanto como con esta. Y creo que merece al menos mi humilde recomendación.


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