sábado, 3 de agosto de 2013

EL RETORNO DEL JUEZ IMPLACABLE

Como algunos ya sabréis, en breves me embarco en un periplo "novelesco" por tierras santanderinas; pero antes de partir, me gustaría exponer algunas razones por las que animaros a apadrinar una noble causa. Y por noble causa quiero decir recoger firmas para que retorne el juez más implacable, y no me refiero a Garzón. Me refiero a la secuela de Dredd (Pete Travis, 2012).

¿Y por qué merece una segunda parte este filme? Sería fácil concluir que una película que no recaudó su presupuesto no es meritoria de una continuación. Sin embargo, soy de la opinión de que tras el éxito de crítica que supuso la primera (obviando la de Stallone, quiero decir), una segunda parte a la altura de su predecesora podría atraer a los cines a una ingente cantidad de público; y en mi caso,  me permitiría redimirme por el pecado de no haber visto la primera en pantalla grande y haberme convertido en parte del problema, aunque conste que fue una decisión que no estuvo por completo en mis manos, y que se suma a mis motivaciones para interceder por esta causa. Además, el poder judicial debería permanecer ajeno a intereses económicos.

Dredd fue, bajo mi punto de vista, una de las mejores películas-basadas-en-cómics de la pasada temporada, y una de las mejores películas a secas. Y estas son las razones que así me lo hacen parecer:

-Karl Urban de protagonista. No hace falta decir más. Ya expuse mi devoción por el actor en este blog. Huelga decir que su interpretación del juez más duro de las viñetas es asombrosa tanto en aspectos vocálicos como expresivos, máxime si para estos últimos tenemos en cuenta que no se desprende del casco durante todo el metraje. 
-Por ser una adaptación fiel a la figura del Juez Dredd. Aunque la recargada estética del cómic original ha sufrido cierta estilización, la esencia de la ambientación y especialmente del personaje sigue intacta. 
-Por que pese a ser una película actual ambientada en una distopía futurista, nos remite a los filmes de acción icónicos de los ochenta y noventa, cuando los héroes de acción eran tipos duros y sin miramientos. 
-Por utilizar recursos narrativos que parecían estar explotados hasta la saciedad, integrándolos en la historia de una forma original y completamente justificada. 
-Por que es un peliculón y «Yo soy la ley». Punto.

Así que ya podéis entrar en esta página y uniros al Departamento de Justicia de Mega-City One... digo, a la petición oficial para que la secuela de Dredd se ruede.



Y lo dicho, esta semana estaré por Santander aprendiendo de novela negra con Petros Márkaris. Si tengo tiempo y fuerzas, iré informando por aquí de cómo va la cosa, si me ponen de deberes cometer algún asesinato perfecto, o algo.