lunes, 2 de diciembre de 2013

LAS REGLAS ―HASTA HOY― NUNCA ESCRITAS DEL BUEN PASAJERO DE AUTOMÓVIL

Aún a mi ―cada vez menos― tierna edad, ya llevo a las espaldas más de siete años como automovilista habitual, y no menos usualmente he ejercido de «chófer de compromiso» para amigos y familiares. Y en todo este tiempo no he dejado de observar ciertas conductas de acompañantes y pasajeros que escapan a la lógica de una relación basada en la dependencia ―si requieren de otra persona para los desplazamientos, lo mínimo es comportarse con respeto―, y en muchos casos rayando e incluso traspasando el umbral de la mala educación.

Por eso me he decido a redactar una serie de reglas y normas de conducta que todo ocupante de vehículo ajeno debería conocer y respetar. Teniendo en cuenta que decidí renunciar a cualquier signo de hostilidad en este blog, me abstendré de descargar improperios sobre insolentes ocupantes de coches impropios, por más que algunos lo merezcan. 


1- Primera ley.

El conductor/propietario del vehículo es el dueño y señor de todo lo concerniente al mismo y lo que en él se contiene. De lunas para adentro, el posee una autoridad absoluta e incuestionable. Si les dice que dentro de su coche no se respira, es que no se respira, así que elijan: apnea o a pata. A discreción del conductor/propietario queda el que su gobierno tienda más hacia lo magnánimo o hacia lo despótico.

En cualquier caso, esta es la regla de oro, la norma que prevalece, la primera ley de la pasajética que diría Asimov; de la cual deriva el resto de pautas enumeradas en esta entrada. 


2- Ventanillas y aclimatamiento.

Las decisiones acerca de la temperatura y clima general idóneo en el interior del coche es potestad absoluta del conductor. Este podrá, y será de buena educación que así actuase, preocuparse por el bienestar de todos los ocupantes del vehículo, y entonces proceder en consecuencia. Pero bajo ningún concepto, ninguno de los pasajeros deberá abrir ventanilla alguna o manipular los controles del aire acondicionado o ventilador sin el permiso previo y explícito del conductor.

Por ofrecer una perspectiva lógica acerca esta cuestión, cabe matizar que quién debe gozar del mayor bienestar posible es el conductor, pues al final es quién lleva las vidas del resto de ocupantes en sus manos. Y si esto no les parece lo suficientemente lógico no importa, vuelvan a leer la primera regla.


3- Música y sonido.

Como vengo diciendo, todo lo que sucede en el interior del coche está sujeto al criterio del conductor, y qué escuchar no es una excepción. Si el conductor quiere escuchar determinada frecuencia radiofónica o reproducir determinado tipo de música, nadie tiene derecho a cambiarlo. Por no tener, ni si quiera derecho a opinar sobre ello; si bien los conductores más altruistas pueden estar abiertos a sugerencias. Así que dejen reposados sus inquietos dedos y aguanten esa música que el piloto jalea con efusión, por más infernal que les parezca.

En este apartado también cabe señalar que, en general, el volumen de todo aquello susceptible de producir sonido en el interior del vehículo queda supeditado a los designios del conductor, incluyendo el aparato fonador del resto de ocupantes. El conductor bajará el volumen de los altavoces tan solo si así se le antoja, pues sus deseos están por encima de las necesidades comunicativas de cualquiera de los pasajeros.


4- Indicaciones y sugerencias de ruta.

El conductor siempre sabe cuál es el mejor camino para llegar a un sitio a menos que haya expresado con anterioridad lo opuesto. Así que cuídense mucho de exponer inoportunas observaciones acerca de qué itinerario es mejor, atajos personales y otras incómodas sugerencias. Si el conductor les pregunta, hablen, si no, callen.

No obstante, hay un tipo de iniciativa que sí es de agradecer por los conductores, y es la de que uno ―o más― de los pasajeros se apee del coche para dar indicaciones en situaciones de difícil maniobrabilidad ―véase aparcar en huecos estrechos, circular por pasajes angostos, entre otras eventualidades―.


5- Limpieza.

Tanto si el conductor es un obseso de la limpieza como si gusta de conducir rodeado de inmundicia, queda a su propio criterio y deben aceptarlo con estoicidad. Quejarse por lo tiquismiquis o por lo antihigiénico de su proceder es una costumbre de mal gusto. Si no están de acuerdo con la gestión ―relajada o rigurosa― de la limpieza del vehículo, no suban en él, es así de sencillo. Este apartado hace también referencia al consumo de alimentos, bebidas, tabaco y otras hierbas en el interior del vehículo; al cual nunca debe procederse salvo bajo autorización expresa del conductor.


6- Alfombrillas y posición de los asientos. 

Otra de las desconsideradas tendencias de pasajeros y copilotos es la de creer que se encuentran en el salón de su casa y acomodar todo el entorno a sus propios gustos. Nada más alejado de la realidad, se encuentran en un vehículo ajeno, en el que la prioridad no es su comodidad. Por supuesto, el conductor puede permitir que su estancia durante el trayecto sea grata y confortable, pero cuídense de manipular los mecanismos del sillón arriba y abajo, adelante y atrás sin su beneplácito.

Y en este apartado quisiera hacer especial mención acerca de las alfombrillas. Las alfombrillas, a diferencia de lo que muchos pasajeros parecen juzgar, no son felpudos ni reposapiés. Si durante el trayecto, al reposar sus extremidades sobre ellas, las arrugan y/o la mueven, lo correcto es que al final vuelvan a recolocarlas en su posición inicial. Incluso si suben a un coche en el cual la alfombrilla está fruncida y desplazada, probablemente a causa de un desconsiderado ocupante anterior, lo más apropiado es que se molesten y la coloquen correctamente, desmarcándose así de cualquier descortés pasajero precedente, evitando además que a la ya maltrecha esterilla se le sume el castigo que le infligirán sus pies.


7- Disposición de pasajeros y equipaje.

En la línea de todo lo dicho, el conductor tiene plenos poderes y la última palabra en las decisiones de este tipo, si bien es cierto que aquí el conflicto suele partir de los propios pasajeros y sus preferencias por ocupar tal o cual asiento. No obstante, hay un punto en este apartado muy importante, un terreno vedado ―por no decir vedadísimo―a pasajeros en el que, sin embargo, suelen incurrir felizmente para crispación y enervamiento del piloto. Estoy hablando de invitar a otros pasajeros a coche ajeno sin permiso previo del conductor/propietario. Esto nunca se debe hacer. Jamás. Está muy feo. Especialmente si se trata de desconocidos, pero incluso no siéndolo, está mal. Es una encerrona para el conductor, que suele verse forzado a acceder ―porque algunos somos buenas personas y por ahí nos la cuelan― muy a su pesar, y acaba sometido a un clima de incomodidad y agobio que puede repercutir negativamente en su conducta al volante. Y no olvidemos que durante el trayecto la vida de todos los ocupantes está literalmente en sus manos.

Y aunque en este párrafo anterior se ha hecho referencia específicamente a pasajeros humanos, en realidad atañe a todo tipo de seres susceptibles de ir a bordo del automóvil, véase animales, plantas, robots, así como las posibles entidades que puedan poblar la tierra en el futuro.




Y a grandes rasgos, estas son las principales normas que rigen ―o en un mundo justo, deberían regir― el comportamiento en el interior de un automóvil. Pueden ser tan laxas o escrupulosas como el conductor/propietario determine, pero recuerden que al final siempre prevalece la primera ley. El estricto cumplimiento de esta serie de pautas les hará destacar entre la masa como adalides del civismo y la buena educación, algo que nunca está de más en estos tiempos de ordinariez y grosería que corren.

Así que sáquense el carné de conducir o sean buenos. Al menos si quieren ir en mi coche.

jueves, 21 de noviembre de 2013

LOS POSTERGADOS II: LA ISLA DE LAS CABEZAS CORTADAS

¿Recordáis cuando expresé que me gustaría que «Los postergados» se convirtiese en un espacio periódico del blog? Yo tampoco, pero es cierto que lo escribí en la primera entrega de esta «sección», hace ya más de medio año.

La cuestión es que por alguna razón, muy probablemente tener una excusa para reanimar este lapso moribundo en el que se estaba sumiendo el blog, he caído en cuál es la candidata idónea para protagonizar esta segunda entrega, y la fulgurante escogida no es otra que La isla de las cabezas cortadas (Cutthroat Island, Renny Harlin, 1995)

Por alguna coincidencia cósmica, el filme comparte con Waterworld, de la que hablé en la primera entrega, además de la ambientación acuática, el año de estreno. Quién sabe, tal vez me plantee la posibilidad de que esta sección solo hable de películas de 1995, quizá la fecha que supuso el principio del cambio en las tendencias del cine palomitero. 

Y sin más preámbulos, ahí van las 5 razones por las que La isla de las cabezas cortadas mola:

1-Piratas
Con todo lo que ello conlleva y adelantándose casi casi una década a la primera entrega de Piratas del Caribe (Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl, Gore Verbinski, 2003). A excepción del elemento fantástico, todos los pasajes emocionantes que podáis encontrar en las correrías de Jack Sparrow ―persecuciones, abordajes, batallas navales―, ya fueron llevadas a cabo por Morgan Adams (Geena Davis) y William Shaw (Matthew Modine).
2-Geena Davis
Por que hubo un tiempo en que molaba. Ojo, que ahora sigue molando, pero ya desde un nuevo plano como damisela ajada ―véase entrada «Galanes ajados I: toma de contacto»―. 

3-Mono
Las cosas como son: un mono haciendo monerías siempre hace que cualquier obra gane enteros. ¿Ese mono cabroncete que sale en Piratas del Caribe? Pues este es igual ―taxonómicamente hablando―, pero en versión maja. No tengo ningún dato al respecto, pero sería curioso que se tratase del mismo mono amaestrado o mantuviesen algún tipo de parentesco. No lo voy a investigar; prefiero vivir pensando que tal posibilidad existe antes que arriesgarme a confirmar que no es así.

4-Renny Harlin
Sí señores, sin duda el rey del blockbuster de serie B. Desde la cuarta entrega de Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street IV: The Dream Master, 1988), pasando por la secuela de La jungla (Die Hard 2: Die Harder), y coronando su carrera con la que sigue siendo, en mi humilde opinión, la magnum opus de Stallone, Máximo riesgo (Cliffhanger, 1993); este finlandés aficando en Hollywood es el padre de toda una ristra de ―inmerecidos― fracasos cinematográficos, ya sea de crítica, de público, o de ambas cosas. Dicho todo esto, parece que este punto casi sea un argumento en contra de la película. Pero no lo es. Joder, que este hombre hizo Memoria Letal (The Long Kiss Goodnight, 1996) con Geena Davis cuando esta aún estaba en sus últimos años de molar per se ―véase el punto 2 de esta lista de razones―.

5-Explosiones
Argumento recurrente este. Y es que este filme despliega toda una gama de explosiones «de época»: cañonazos, detonaciones, pistoletazos y pólvora, en general mucha pólvora. No sé a vosotros, pero a mí esto es que me pierde. Tal vez me lo debiera mirar; igual sufro el «síndrome de Michael Bay».



Y aparte de todo esto, está el hecho de que es una película de aventuras entretenida y emocionante, lo cual ya es de por sí de agradecer y valorar, ¿o no?


Ale, alborocen libres y felices y sacúdanse un poco a ese hater que todos llevamos dentro. 

sábado, 12 de octubre de 2013

MÁS QUE UNAS ACADEMIAS DE INGLÉS FRAUDULENTAS

Si hay algo que no falla nunca es tirar de nostalgia catódica; así que quedando ya bastante lejano en el tiempo aquella publicación sobre series anime un tanto olvidadas, paso a recopilar y comentar algunas de las canciones de viejas series de animación infantiles que también merecen ser recordadas. O a lo mejor no lo merecen, pero me apetece a mí recordarlas, miren por donde.

ALFRED J. KWAK
Una serie un tanto dramón, donde un pato huérfano (un coche atropella a TODA su familia en el primer capítulo) es adoptado por un topo. Una cosa bastante lacrimógena, pero no exenta de un gran carisma.



WIDGET
No, no se trata de un programa ni de una aplicación; Widget era un extraterrrestre morado que venía a la tierra a la protegerla de la contaminación y los desastres ecológicos, en la más pura línea de Capitán Planeta. Una anécdota personal es que, cuando comencé a verla,  pensé que se trataba de una adaptación a serie animada de Mi amigo Mac, esa bizarra exploitation  de E.T. el extraterrestre. La apertura que he encontrado está en inglés, que si no recuerdo mal es la que mantuvo en su emisión española.



SONIC EL ERIZO
Aunque el videojuego del erizo azul sea archiconocido, lo cierto es que esta serie animada no tuvo demasiado éxito, supongo que en gran medida debido a sus erráticos y desafortunados horarios de emisión (a ver quién se pegaba semejante madrugón un fin de semana). El dato curioso es que la canción de la apertura es una versión de la sintonía que se usó en Italia para la intro de Widget.



Y hasta aquí la presente publicación. Sé que me dejó infinidad de series en el tintero, pero iré quemando cartuchos lentamente, que recurrir a un post sobre el tema siempre es muy socorrido, todo sea dicho. Y como broche final ¿qué mejor que la canción de créditos finales de Alfred J. Kwak para cerrar esta entrada? 

Séanme felices, aunque sea un rato al día. Si no por mí, háganlo por el bueno de Alfred:




miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL PEOR COMBATE DE LA HISTORIA

Cuál es el combate más épico jamás contado en el mundo del cómic de superhéroes es una discusión característica de entornos frikis de todo el mundo: ¿Será el titánico encuentro de Superman con Doomsday? ¿Quizás el aparatosos intercambio de mamporros entre Hulk y la Cosa? ¿Acaso el espectacular choque de fuerzas -en fastuosa splash- del segundo arco de The Ultimates?

No ha llegado, ni llegará nunca a ser consensuada la respuesta tal cuestión, pues cuando algo así como un acuerdo al respecto comenzase a vislumbrarse, de forma automática surgiría un sector que se opusiese de manera frontal a esta hipotética resolución.

Por suerte, no vengo a defender mi punto de vista sobre este tema, sino que vengo a dilucidar la respuesta análoga respecto a «la peor pelea de la historia del comic-book».

En mi opinión, la lid más pésima, por irónicamente ridícula, es el enfrentamiento entre Guy Smith /Mr. Sensible (Mister Sensitive) y Tony Stark/Iron Man en el número 24[1] de la serie X-Statix de Peter Milligan y Mike Allred.

Una pugna que me gusta definir con un término de acuñación propia; «patépico», y que por supuesto recomiendo leer a todo al mundo.


Esto NO pasa.


[1] #24 X-Statix The Good and the Famous, Part 6 o TPB X-Statix vol. 04 X-Statix vs. The Avengers en la edición estadounidense; y X-Statix 5 Vs. Los Vengadores en la edición española a cargo de Panini.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

DE LO MEJOR, LO SUPERIOR

A lo que hace referencia el título de la entrada es al título del primer álbum de Martires de Uganda ―lo del acento ortográfico de "mártires" no lo dejan claro―, una banda que hace apenas una semana solo conocía de oídas, y que ha acabado irrumpiendo con fuerza en el top 10 de mis grupos musicales favoritos, para colocarse de lleno en el top 5 y prácticamente aterrizar en el top 3.

¿Qué es? Pues punk-rock de sonido cerdete y con letras tan elaboradas como desopilantes.

En su bandcamp podéis descargaros su discografía completa de forma gratuita, o donando unos peniques.

Y en lo que respecta a mi humilde opinión, creo los Martires de Uganda consuman el complicado empeño de que incluso sus canciones más flojas sean puros temazos. Y si tuviese que quedarme con uno de sus discos, me quedo con el primero: De lo mejor lo superior

Para acabar, os dejo con una breve recopilación seleccionando un tema de cada álbum, sobre los cuales me gustaría añadir un comentario:

Viva Ramoncín. Esta me parece, en parte, una historia de evolución estilístico-musical inversa a la mía, aunque protagonizada por una muchacha. Casi una fotografía en negativo de mí mismo, por así decirlo.


Nos hicimos unas fotos de esas. El tema de esta canción retrata uno de los miedos cervales de cierta personita muy querida, lo que aumenta subjetivamente su jocosidad.


La teoría de que Ruiz Mateos es el verdadero amo del mundo. Este singular título, del que poco más cabe explicar, fue lo que acabó por atraerme hasta el grupo.


Inaudito. Una divertida canción sobre la hecatombe de los casual day.



sábado, 7 de septiembre de 2013

UNA DIVERTIDA PATADA EN EL CULO

A estas alturas ya llevo casi un mes sin escribir por este bonito blog que tengo y eso es algo que no debería consentir, que se empieza así y luego se acaba tardando dos años en retomarlo. Bien que he estado ausente ―casi en sentido literal― durante buena parte de agosto, pero septiembre ya ha irrumpido en el calendario y no hay razón para que demore más la reanudación de la actividad bloguera. Además, que mejor excusa para esta nueva etapa post-agosteña que el tener en las pantallas de los cines Kick-Ass 2: Con un par (Kick-Ass 2, Jeff Wadlow). 

El tema de esta entrada es muy simple; ¿Por qué Kick-Ass 2 me parece un peliculón?

Bien, para empezar, es posible que se me pueda considerar una rara avis, ya que soy una de esas personas a las que le gusta Kick-Ass el cómic (Mark Millar, John Romita Jr., 2008)  y Kick-Ass la película (Matthew Vaughn, 2010). Eso sí, me gustan entendiéndolas como obras independientes y reconociendo por supuesto la historieta de Mark Millar como claramente superior. Porque la versión fílmica, como adaptación, entre todas las licencias que se toma respecto al original, hay una en concreto que supone una enorme traición al espíritu del tebeo. Eso me lleva a querer considerarlas obras separadas, pero creo que la película tiene valor por sí misma en otros aspectos. Todo esto hablando de la primera parte, porque la película de Kick-Ass 2 considero que se mueve en otra dirección.


Kick-Ass 2: Con un par comparte ciertos aspectos con su predecesora, como el hecho de rebajar sustancialmente el nivel de violencia y de mala leche del cómic y el hecho de tomarse importantes licencias respecto a este. Pero a diferencia de la primera parte, donde se contaban al menos tres grandes licencias que hacían divergir irremediablemente el rumbo del relato entre la versión cinematográfica y la impresa, en Kick-Ass 2 esas licencias sirven en cierta medida para arreglar el desaguisado de esa discordancia entre las historias del papel y el celuloide, y reconciliarlas de algún modo. Además, la película no solo adapta ―porque en esta ocasión sí me creo capaz de hablar de adaptación y no de versión más o menos libre― el segundo cómic de Kick-Ass, si no que introduce tramas de la precuela del mismo, Hit-Girl (Mark Millar, John Romita Jr., 2012) e incluso deja ciertos cabos sueltos que podrían utilizarse para adaptar dicho cómic como spin-off de la saga ―una perspectiva que ya me tiene cruzando los dedos―.

Por otro lado, esta secuela aboga por un tono mucho más gamberro y abandona en gran medida los toques de seriedad que lastraban algunos pasajes de la primera parte. Si bien no encontraremos el grado de humor negro del cómic, nos ofrece a cambio una abundante ración de jarana escatológica, y en general la narración es mucho más dinámica y divertida.

Pero por si todo esto fuera poco, voy a afirmar con osadía que, pese a que esta película sea en lineas generales inferior a su material de origen, en algunos aspectos llega a mejorarlo. No quiero entrar en detalles para no revelar nada, pero en mi opinión, el enfrentamiento de Madre Rusia con la policía en el barrio residencial resulta mucho más jocoso en la pantalla que en las viñetas.

Para ir terminando, no quiero dejar de señalar a Christopher Mintz-Plasse y sobre todo a Chloë G. Moretz ―¿dónde va a llegar esta muchacha?― en los roles de El Hijoputa y Hit-Girl respectivamente, pues acaban siendo quienes se comen la película, por encima incluso de la interesante interpretación de Jim Carrey.

Y si tengo alguna pega que achacarle al film, algo en lo que Kick-Ass 2 desaventaja a su predecesora, es la ausencia de Nicolas Cage. Pero ¡eh!, que el arranque de la película trascurra presidido por una inefable fotografía suya, casi casi, compensa.

Aaron Johnson (Kick-Ass/Dave Lizewski) y Chloë G. Moretz (Hit-Girl/Mindy McReady)
toman chocolate con nubes bajo la  atenta mirada de Nicolas Cage.
Una última cosa para los que vayáis a verla al cine: que sepáis que hay escena tras los créditos. Y relativamente reveladora.

sábado, 3 de agosto de 2013

EL RETORNO DEL JUEZ IMPLACABLE

Como algunos ya sabréis, en breves me embarco en un periplo "novelesco" por tierras santanderinas; pero antes de partir, me gustaría exponer algunas razones por las que animaros a apadrinar una noble causa. Y por noble causa quiero decir recoger firmas para que retorne el juez más implacable, y no me refiero a Garzón. Me refiero a la secuela de Dredd (Pete Travis, 2012).

¿Y por qué merece una segunda parte este filme? Sería fácil concluir que una película que no recaudó su presupuesto no es meritoria de una continuación. Sin embargo, soy de la opinión de que tras el éxito de crítica que supuso la primera (obviando la de Stallone, quiero decir), una segunda parte a la altura de su predecesora podría atraer a los cines a una ingente cantidad de público; y en mi caso,  me permitiría redimirme por el pecado de no haber visto la primera en pantalla grande y haberme convertido en parte del problema, aunque conste que fue una decisión que no estuvo por completo en mis manos, y que se suma a mis motivaciones para interceder por esta causa. Además, el poder judicial debería permanecer ajeno a intereses económicos.

Dredd fue, bajo mi punto de vista, una de las mejores películas-basadas-en-cómics de la pasada temporada, y una de las mejores películas a secas. Y estas son las razones que así me lo hacen parecer:

-Karl Urban de protagonista. No hace falta decir más. Ya expuse mi devoción por el actor en este blog. Huelga decir que su interpretación del juez más duro de las viñetas es asombrosa tanto en aspectos vocálicos como expresivos, máxime si para estos últimos tenemos en cuenta que no se desprende del casco durante todo el metraje. 
-Por ser una adaptación fiel a la figura del Juez Dredd. Aunque la recargada estética del cómic original ha sufrido cierta estilización, la esencia de la ambientación y especialmente del personaje sigue intacta. 
-Por que pese a ser una película actual ambientada en una distopía futurista, nos remite a los filmes de acción icónicos de los ochenta y noventa, cuando los héroes de acción eran tipos duros y sin miramientos. 
-Por utilizar recursos narrativos que parecían estar explotados hasta la saciedad, integrándolos en la historia de una forma original y completamente justificada. 
-Por que es un peliculón y «Yo soy la ley». Punto.

Así que ya podéis entrar en esta página y uniros al Departamento de Justicia de Mega-City One... digo, a la petición oficial para que la secuela de Dredd se ruede.



Y lo dicho, esta semana estaré por Santander aprendiendo de novela negra con Petros Márkaris. Si tengo tiempo y fuerzas, iré informando por aquí de cómo va la cosa, si me ponen de deberes cometer algún asesinato perfecto, o algo.

lunes, 29 de julio de 2013

SEDUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA OCHENTERA: A UN MUNDO DE DISTANCIA

   De los ochenta para acá, los mecanismos de seducción tipificados por el celuloide han evolucionado de forma notoria, ni necesariamente para mejor, ni necesariamente para peor.

   El caso es que me gustaría poner el foco de atención sobre algunas frases que, en el cine de los ochenta, prácticamente aseguraban la consumación coital del proceso de ligoteo:

   «Vengo del futuro» Kyle Reese en Terminator

 Y sin traer detergente, así fue como el amigo Kyle se llevó al huerto a Sarah Connor para concebir al líder de la resistencia del futuro.


   «Nací en 1518» Connor MacLeod en Los inmortales.

   Y sin más explicaciones, Brenda Wyatt cayó en los brazos del escocés imperecedero.


   «No soy de este planeta» Starman en la película homónima.

   Aquí hay un poco de trampa, porque el amigo alienígena juega con la ventaja de haber tomado la apariencia del difunto marido de Jenny Hayden; sin embargo, bajo esta cuestión subyace la convergencia de dos factores muy jodidos bastante controvertidos como son la exobiofilia y la necrofilia.

* * * *

   Como se puede observar, en los ochenta, una procedencia insólita te aseguraba un puesto como rompebragas de primera si protagonizabas algún filme. Por eso Marty McFly nunca le confesó a su madre de dónde cuándo venía.

   A día de hoy, la analogía más próxima, aún encontrándose a años luz de estos insuperables aforismos de seducción, sería algo como: «Soy [insertar aquí el monstruo de moda; véase vampiro/hombre lobo/etc]», pero esto solo te asegura, como mucho, el cuelgue de alguna adolescente de impostada tendencia depresiva; y en realidad lo más probable es que el ayuntamiento carnal no se produzca hasta dentro de un par de secuelas (de la película). Y a lo mejor ni siquiera se produce nunca, ¿eh? Taylor Lautner, ¿¡EH!?

lunes, 15 de julio de 2013

GALANES AJADOS I: TOMA DE CONTACTO

Era inevitable que, más temprano que tarde, me decidiese a escribir en este rincón de pensamientos acerca de los «galanes ajados», máxime cuando el subrepticio y virtual destino final del blog requiere necesariamente el franquear este paso.

Súmesele además que llevo incontable tiempo deseando hacerlo.


¿QUÉ ES UN «GALÁN AJADO»?

La expresión «galán ajado» se aplica a aquellos actores ―hollywoodienses por antonomasia― que en algún momento de su carrera estuvieron en la cúspide del panorama cinematográfico y no solo tenían éxito si no que también gozaban del reconocimiento general de su talento o cuanto menos, se advertía en ellos el potencial para lograrlo; pero que en algún momento de su trayectoria dinamitaron su propio prestigio.

Eso no quiere decir que actualmente, muchos de ellos, no sean buenos actores, o no gocen de éxito, pero de algún modo trasmiten la impresión de que algo se les quedó por el camino.


¿DÓNDE, CUÁNDO Y POR QUÉ SE CREA LA EXPRESIÓN?

La locución «galanes ajados» fue acuñada por el crítico cinematográfico Jordi Costa en el videoblog Otaku y Carcamal, en concreto en el capítulo en que reseñan Furia ciega (Drive Angry, Patrick Lussier, 2011), en el cual Costa, haciendo uso de su característico vocabulario ampuloso ―el cual admiro y trato humildemente de emular―, aprovecha para definir y englobar a una categoría de actores bajo esta denominación.

Con la expresión ya acuñada e inmersos de pleno en la fiebre de la filmografía cageana ―afrontamos, sin éxito, el reto de deglutir por completo la inabarcable filmografía de Nicolas Cage―, S. Tellols y un servidor decidimos usarla para circunscribir la lista del reparto de actores que protagonizarían un hipotético remake de Doce del patíbulo ―filme del que podría afirmarse que cuenta con bastantes galanes ajados de su época―, hasta que con su repetido uso, pasó a formar parte de nuestro léxico cinematográfico habitual.

http://www.fotogramas.es/Noticias/Otaku-gana-el-Premio-Lengua-de-Trapo-de-Novela
Otaku (Jimina Sabadú) y Carcamal (Jordi Costa)


¿QUIÉNES SON LOS «GALANES AJADOS»?

La lista es larga y nunca llegamos a esbozarla completa ni escrupulosamente, pero tal como aparece en mis apuntes, estos son los actores que engrosan sus filas principales: Michael Douglas, Nicolas Cage, John Travolta, Samuel L. Jackson, Charlie Sheen, Dennis  Quaid, Kevin Bacon, Christian Slater, Keanu Reeves, Val Kilmer, Kurt Russell, Mickey Rourke, Michael Keaton; y en un segundo plano aparecen Pierce Brosnan, Alec Baldwin, Kevin Costner, Richard Gere, James Woods, Robin Williams, Nick Nolte, Burt Reynolds, Peter Fonda, Michael J. Fox, Bill Pullman, Sam Neill, Ray Liotta y David Caruso.

Cabe destacar que dentro de toda esta clasificación existe una cuaternidad superior, los cuatro grandes, que son Charlie Sheen, Dennis Quaid, John Travolta y como líder absoluto e indiscutible, Nicolas Cage.

Puntualizo también que originalmente aparece Ethan Hawke en la lista secundaria, pero en vista de su trayectoria más reciente, hay apuestas de que va camino de jugar en la liga de los grandes.

La plana mayor de los «galanes ajados»


¿CÓMO SE INTERPRETA LA LOCUCIÓN «GALÁN AJADO»?

Ahora que he expuesto qué y quienes son los galanes ajados, creo que debo aclarar un punto: a pesar de que de un apelativo como «ajado» aluda a connotaciones peyorativas, el objetivo de la expresión «galanes ajados» nunca ha sido necesariamente el de manifestar una opinión despectiva respecto de sus adjudicatarios, sino bien al contrario, el término viene a denotar una reivindicación de estas figuras, que en cierto modo han sido popularmente denigradas.

Aunque cabe el realizar una pequeña puntualización dentro de la puntualización: esta reivindicación es para con la figura del «galán ajado», no tanto para con los actores en sí. El grado de reconocimiento de su labor y talento actoral es algo aparte, que depende tanto del caso particular de cada uno de ellos como de cada persona concreta que lo valore, y no entra dentro de su consideración como galán ajado.


DAMISELAS AJADAS

Por supuesto, no tardamos en establecer una clasificación análoga para actrices, en la que incluimos a intérpretes cómo Sandra Bullock, Jodie Foster, Renee Zellweger, Meg Ryan, Patricia Arquette, Julianne Moore, Winona Ryder, Helen Hunt, Cameron Diaz, entre otras.


CATEGORÍAS ESPECIALES Y «GALANES MIERDER»

Quizá alguien haya echado en falta grandes nombres de Hollywood que podrían englobarse en la categoría de galanes ajados, y más en pleno apogeo de la nostalgia cinematográfica de los taquillazos ochenteros, pero decidimos dejar fuera a colosos de la acción como Schwarzenegger o Stallone, porque concluimos que estos titanes juegan y siempre han jugado en sus propias ligas personales y exclusivas, que no se ajustan con la fidelidad necesaria a los parámetros de la expresión «galán ajado».

Por otro lado, creamos una categoría extra en la que incluimos a aquellos que, con pinzas, podrían ser galanes ajados, pero en realidad nunca han gozado del respeto ni el reconocimiento suficiente como para poder haberlo arruinado. Se trata de los «galanes mierder», a los cuales ni siquiera me molestaré en nombrar, en parte por respeto, en parte porque es asunto baladí.

Igualmente, hay otros actores que han sidos obviados en la lista pese a cumplir muchos de los requisitos, a los cuales dedicaré futuribles opúsculos particulares, cuya identidad prefiero dejar en incógnita por el momento.

Estos juegan cada uno en su propia liga como bien se puede deducir de estos carteles.
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Como introducción al tema, creo que lo básico está más o menos todo lo expuesto y explicado que mi capacidad permite. Os invito a que la próxima vez que zapeando os topéis con una película protagonizada por uno o varios galanes ajados, en lugar de prorrumpir un «Joder, otra mierda de peli de [insertar el nombre del/los galán/es ajado/s correspondiente/s]…» y cambiar de canal automáticamente; os deis un tiempo, reflexionéis, y veáis la película bajo una nueva óptica. 


[Un especial saludo a S. Tellols, amigo y "co-divulgador" de la expresión

sábado, 6 de julio de 2013

UN NEGOCIO INSUPERABLE

Desde el penúltimo año de mi estancia estudiantil universitaria en Gandia, adquirí un hábito relacionado con un consumismo un tanto irracional: durante los períodos de promoción del 3x2, tengo que ir a cierta gran superficie (es obvio a cual, pero no voy a mencionar el nombre) a la caza de películas a buen precio.

Hoy he vuelto a caer en esta irreflexiva costumbre y he hecho acopio de un significativo y heterogéneo (quizá no tanto) número de filmes.

La jugada, desde mi punto de vista, ha salido redonda. Por 19€ me hecho con 7 películas, que en un recuento temático se podrían clasificar de tal modo:

-4 películas basadas en cómics; de las cuales, tres de superhéroes marvelitas; de las cuales, dos de la saga Vengadores.

-3 películas de Nicolas Cage.

-Commando, filme que merece una categoría para él solo.

En recuento salen 8 películas, pero es porque el amigo Nic hace doblete. 

En resumen, un negocio insuperable.

Testimonio gráfico de la adquisición.

domingo, 23 de junio de 2013

NO ES UN PÁJARO, NO ES UN AVIÓN... ES HENRY CAVILL SUPERMAZAS.

Ya tenía ganas de (poder) escribir algo por aquí, y que mejor ocasión que el estreno de la nueva película del primer superhéroe. Una seudocrítica libre de spoilers:

Lo cierto es que fui a verla no sin albergar cierto recelo ante el hecho de que fuese Snyder el encargado de la dirección y sabiendo que Nolan había metido la mano. Que sí, que las pelis de Nolan son buenas, pero son películas en las que sale Batman, no películas sobre Batman; una sutil diferencia de enfoque que levanta no poca crispación y desasosiego entre los aficionados al cómic, entre los que me incluyo; inclinación a la que yo denomino «vergüenza "nolaniana"» ―y sí, he usado comillas dentro de comillas―.

Pero aquí lo que importa es la película del hijo de Krypton. No se puede negar la evidencia y es cierto que el filme posee un tono demasiado solemne y se toma muy en serio a sí misma, cosa que no debería ocurrir en una historia que versa acerca de un tipo enfundado en un traje de lentejuelas de colores y capa. También resulta incuestionable que por momentos cae bajo el influjo de esa «vergüenza "nolaniana"». Sin embargo, salvando estos escollos, lo cierto es que la película se redime gracias a unos niveles épico-destructivos realmente espectaculares, y al final parece erigirse más como deudora de Los vengadores ―el nuevo canon de filme superheroico― que de cualquier entrega del Caballero oscuro. 

También me ha llamado gratamente la atención el hecho de que Zack Snyder haya abandonado sus dos grandes tics; esa cámara lenta envolvente ―para mí, la menos molesta de sus tendencias―, y esa manía de meter una voz en over para insuflar a las escenas una innecesaria gravedad.

En resumen, El hombre de acero es un filme bastante entretenido, que si bien adolece de una seriedad postiza, apuesta bien alto en su vertiente catastrófica, convirtiéndose en un agradable pasatiempo de acción epidérmica en lugar de en la profunda reflexión sobre el héroe redentor a la que parece que aspira.

(Por cierto, nótese que no he utilizado el término "Superman" en ningún momento. Por «Vergüenza "nolaniana"», quizá).


martes, 11 de junio de 2013

RAYUELA: NIVEL 1

Gracias a una audaz determinación tomada incluso antes de ojear este artículo sobre las treinta novelas que leer antes de los treinta; al fin he dado el gran paso de leer Rayuela, de Julio Cortázar. En concreto, me he lo he leído siguiendo el orden del primer libro y me apetece escupir al mundo mis reflexiones al respecto.

He de decir que Rayuela no es exactamente mi tipo de literatura favorito, con lo que hincarle el diente ha sido bastante difícil al principio. Pero conforme uno va masticando y tragando, la cosa se aligera y al final se deglute con cierto deleite. Hablo de mi experiencia personal, que puede ser extrapolable a otros, o no.

Al final, me he quedado con dos reflexiones que al menos a mí me resultan bastante llamativas. Una es que Cortázar se erige en Rayuela como, o de alguna forma así lo relaciona mi mente, el Emmerich de la literatura. ¿Qué quiero decir con semejante barbaridad? Pues que en el libro, tras ir madurándolo, he podido o creído entrever una gran broma. Es decir, Cortázar maquilla la futilidad de la historia ―bajo mi percepción, no lleva a ningún lugar― mediante un espectacular y rocambolesco uso del lenguaje. Una utilización de la palabra que trata de revestir de cierto calado la nimiedad, haciéndola parecer algo profundísimo y reflexivo. Lo mismo a lo que Emmerich se presta en su filmografía: maquillar la vacuidad de la trama a base de un lenguaje cinematográfico grandilocuente y excesivo.

Sin embargo, quiero recalcar la diferencia en esta comparación. En Emmerich ―a quién admiro, no vayan a creer― hay inocencia y honestidad, tiende al exceso por convicción. Mientras, Cortázar, bajo mi punto de vista, es un burlón gastando una broma de  hermosura maligna. Pervierte el lenguaje sin tapujos durante toda la novela y aún así, te cuela, sobre todo en los primeros capítulos, un tono de enjundia realmente denso, del que la propia novela se va deshaciendo poco a poco.

Una evolución paralela al protagonista a quien, tras el período parisino, descubrimos con un hombre mucho más sencillo de lo que nos parecía. En el fondo, Horacio no es más que un looser rioplatense, un imbécil aficionado a la autotortura psicológica, que aprovecha su estancia en Europa para hacer la pose. Horacio, el primer posturica. Y sus amigos de París no quedan lejos. El Club de la Serpiente, los modernos de la época, los guays. Una generación a la que Cortázar acaba caricaturizando; de la cual Oliveira escapa regresando a casa, pero su huella es demasiado profunda y Horacio está marcado, víctima de su propio postureo.

Con Rayuela, Cortázar es el pícaro sastre del emperador de la literatura.

Ahora toca reposar la partida, y esperar un tiempo antes de jugar Rayuela en modo experto. En el fondo albergo que la novela leída en este segundo orden se convierta en una épica epopeya de ciencia ficción interplanetaria, quién sabe.





lunes, 6 de mayo de 2013

WANTED: PETÁNDOLO DESDE LOS INICIOS DEL BLOG

Vale, dos avisos importantes: uno, ojo spoilers. Si no has leído Wanted, Watchmen, The Ultimates o Supercrooks y tienes intención de hacerlo, puede que se desvelen ciertos detalles importantes (especialmente sobre Watchmen y The Ultimates). Avisado estás. El segundo aviso: he cambiado el formato de las publicaciones; ahora no hay sangría y hay espacio entre párrafos. Se debe a un consejo que me ha dado mi hermano sobre usabilidad, y me gustaría recibir opiniones al respecto: ¿mejor o peor?. 

Y ahora, la entrada:

Hace ya bastante tiempo, de hecho, en la segunda entrada a este mismo blog (bueno, ahora la primera, pues la primera entrada original ha sido borrada por no encajar con el nuevo rumbo editorial de este blog, consistente en hablar solo bien de las cosas) escribí una crítica, o más bien una enfervorecida alabanza del cómic Wanted (y en parte también de su "adaptación" cinematográfica, a la que no me referiré en absoluto en esta entrada). Me parece que ha llegado el momento de cerrar el círculo y explicar porque me sigue pareciendo tan excelso.

Para empezar, ahora poseo una cosa que no tenía en el momento en el que escribí aquella reseña. Bueno, dos cosas, si contamos el preocupante número de canas (¡a mi tierna edad!). Me refiero a que ahora poseo perspectiva. No solo sobre el mundo del cómic, que también, sino concretamente sobre el universo Millariano. Desde aquel entonces, he leído, por orden, todas estas historias del gran autor escocés: Kick Ass, Superman: Red Son, Civil War, Némesis, Supercrooks, Kick Ass 2, Superior y The Ultimates. Es cierto que la obra de Mark Millar es mucho más extensa, pero tampoco es esto moco de pavo.

http://www.ivreality.com.ar/2010/04/cine-kick-ass/mark-millar/
Mark Millar
Pero, ¿por qué me sigue pareciendo Wanted el mejor de sus cómics? No comprendía la respuesta hasta que no leí el último arco argumental de The Ultimates. Wanted es mi cómic preferido de todos los tiempos porque ganan los malos. Y además sin medias tintas. Es cierto que en Supercrooks los protagonistas son villanos, pero siguen pululando en el entorno los superhéroes que les zurren la badana. E incluso se podría llegar a defender la tesis de que en Watchmen es finalmente el villano quien tiene éxito, pero existen muchos matices que debatir a ese respecto (y no va de eso esta entrada).

Pero en Wanted los malos han ganado. Bien que hay "malos buenos" y "malos malos", pero lo importante es el trasfondo, el hecho de que en el mundo de este cómic, los supervillanos exterminaron a los héroes. Ganaron la partida. Es el gran "what if..." definitivo respecto de todas las épicas batallas del mundo del comic-book americano. Porque aunque el final de The Ultimates sea un pasote, creo que muchos nos preguntamos: "¿Y si hubiesen ganado los Libertadores?

Wanted

martes, 30 de abril de 2013

CONSIGUE UNA COPIA DE ESTE LIBRO: LEERÁS

¡Pues ya está! ¡Ya he leído algo de Heinlein! Lo cierto es que pese durante largo tiempo me había sentido tentado de acercarme a su obra, siempre había sido reticente a la hora de consumar dicho acercamiento, debido a ese halo de conservadurismo que se asocia a este autor. Pero por casualidades de la vida, cayó entre mis manos una copia de Consigue un traje espacial: viajarás (Have Space SuitWill Travel, Robert A. Heinlein, 1958) publicada por Ediciones Tridente hace ya más de veinte años. Así que puedo decir que ya me he desvirgado literariamente con el señor Robert Anson —no confundir este segundo nombre con el apellido Ansón— y puedo decir que me ha gustado. Y quiero más.
Consigue un traje espacial: viajarás se enmarca dentro del ciclo de aventuras juveniles de ciencia ficción del autor, y lo cierra. Inicié su lectura siempre con ese infundado temor de que se tratase de una obra tan panfletista como se supone que es Starship Troopers, y finalmente no fue para tanto. Es cierto que de vez en cuando, el señor Heinlein deja traslucir ciertas posturas de su propia ideología a través del personaje protagonista, pero esto apenas ocurre, y en la mayoría de casos se trata por cierta abogacía por el individualismo más que otra cosa, y tampoco molesta en exceso ni llega a lastrar la historia. En mi humilde opinión, creo que Heinlein podría ser el análogo literario del cineasta John Milius; no comulgo con su ideario, pero me lo paso pipa viendo Conan, el bárbaro (Conan the Barbarian, 1982).
Al final, lo que encontramos en Consigue un traje espacial: viajarás es ciencia ficción pura —y dura— entramada en la clásica historia de la forja del héroe protagonizada por un púber yanqui superdotado —en sentido intelectual—; en la que podemos observar precedentes de historias más recientes y/o conocidas: E.T. el extraterrestre (Steven Spielberg, 1982), Exploradores (Joe Dante, 1985) e incluso algún punto en común con El juego de Ender.
En resumen, lectura entretenida, con bastante dosis didacticocientífica y sin tantas trazas de adoctrinamiento como se le suponen.
Y una frase a destacar: "Cuanto menor sea el respeto que merezca una persona vieja, más seguro puedes estar de que va a exigirlo a todos los que sean más jóvenes que ella".
Fotografía de la copia que he leído. He añadido unos dibujos de algunos personajes extraterrestres para mejorar la portada, y de paso he puesto una nave espacial y a JohnMcLane, que siempre mola.

lunes, 22 de abril de 2013

RECOMENDACIONES BIBLIÓFILAS

No soy un gran aficionado a promover el consumismo, pero mañana es un día tan bueno como otro para regalar un libro, aunque sea a uno mismo. Con este motivo, voy a recomendar una selección personal de libros de diversos géneros:

1-TERROR:

El horror de Dunwich (The Dunwich Horror, H.P. Lovecraft, 1929)


Enmarcada dentro de los mitos de Cthulhu, en este caso se trata de una historia escrita por el propio Lovecraft. Por el momento, de todos los relatos de los mitos, este es sin duda mi favorito. Es breve, intenso y tenebroso. Recomiendo no leer la versión ilustrada, al menos la primera vez, pues resulta mucho más terrorífico dejar que la imaginación rellene las evocadoras imágenes descritas por Lovecraft.


2-CIENCIA FICCIÓN:

El juego de Ender (Ender's Game, Orson Scott Card, 1985)


Un clásico y una maravilla. Fascinante, con ideas y planteamientos tan originales como sorprendentes. Para leer antes de que se estrene la película.


3-NOVELA NEGRA:

Vicio propio (Inherent Vice, Thomas Pynchon, 2009)


Extrañísima novela que califico como "negra" aunque en realidad es bastante inclasificable. Un detective privado con más de "El Nota" que de Sam Spade o Philip Marlowe, envuelto en una trama terriblemente enrevesada. Dicen que es la novela más accesible de Pynchon; aún así, admito que su lectura no es precisamente "fácil", pero la historia es tan curiosa como entretenida.

4-BLOG LITERARIO

AntiLiteraTorio


Pues sí, es mi propio blog literario, pero un poco de autopromoción nunca está de más. Además es gratis, para recomendarlo a amigos como alternativa económica a un regalo.

domingo, 21 de abril de 2013

REIVINDICANDO LA URBANIDAD

¿Hay algún actor que pese a estar constantemente en activo, con buenas interpretaciones, parece no dar nunca el salto a la primera plana del estrellato? Seguramente ya tengáis a alguien en mente, pero como este es mi blog, hablo de quién me da la gana. Y en esta ocasión me refiero al neozelandés Karl Urban.
Muchos quizá ni siquiera serán capaz de ponerle cara solo con el nombre, y sin embargo lleva ya más de diez años apareciendo por producciones hollywoodienses de cierta enjundia.

Karl Urban en la Fantastic Fest 2012. Foto de Ronald S. Woan.

Como secundario importante, ha sido Eomer en la segunda y tercera entrega de El señor de los anillos (The Lord of the Rings II & III, Peter Jackson, 2002 y 2003); el amigo del capitán Kirk, Bones McCoy, en Star Trek (J.J. Abrams, 2009) ; e incluso el contrapunto juvenil en la gerontófila Red (Robert Schwentke). Y cómo malo malísimo fue archienemigo de Matt Damon en El mito de Bourne (The Bourne Supremacy, Paul Greengrass, 2004); némesis de Vin Diesel en Las crónicas de Riddick (The Cronichles of Riddick, David Thowy, 2004) e incluso el vampiro neófito que trae de cabeza a Paul Bettany en la infravalorada El sicario de Dios (Priest, Scott Stewart, 2011).
Sin embargo, quizá parte del problema sea que sus papeles protagonistas nunca han resultado especialmente relevantes, a pesar de su valía. En esta línea podemos citar filmes como Doom (Andrej Bartkowiak. 2005); la "remakeado" El guía del desfiladero (Pathfinder, Marcus Nispel, 2007); y la ultraviolenta e injustamente vapuleada por la taquilla Dredd (Pete Travis, 2012).



Y aún dejándome un montón de películas más que no he visto o no conozco bien, podéis ver que a este hombre no le ha faltado trabajo en esta década y sin embargo da la impresión de que sigue siendo un desconocido para el público.
Esta situación me despierta cierta... ¿lástima? Bueno, quizá tampoco es la palabra adecuada, pero eso no quita que a mí me parezca que es un buen actor, con un potencial que no acaba de explotar. Está claro que el tiempo de las grandes estrellas de acción pasó para nunca volver con la fuerza de antaño, y que resulta harto improbable que el cine palomitero nos vuelva a dar estrellas del calado de Arnie y Sly en sus buenos tiempos. Pero sin necesidad de llegar a este nivel, bien podría erigirse el señor Urban como el competidor directo de lo más parecido que hay ahora mismo a esas vetustas action stars: Jason "el inglés malhumorado" Statham. El  pelado londinense, sin llegar ni a la suela de los zapatos a sus antecesores, sin duda se ha convertido ya en un icono del cine de acción moderna, y su filmografía ya prácticamente es una institución metagenérica: son "pelis de Statham".
No sé, que conste que disfruto con las "pelis de Statham", pero creo que me gustaría que algún día se llegara a hablar de "pelis de Urban".

miércoles, 10 de abril de 2013

AVIA ACADEMIA I: "Peligarza"

Con esta entrada quiero inaugurar esta sección dedicada e inspirada por mi abuela materna; y aunque internet entero se queda pequeño para hacer honor a su grandeza, que sirva esta sección como pequeño homenaje a su figura.
Mi abuela es una persona de una remarcada y singular idiosincrasia, tanto por su carácter como por sus procederes. Y esta singularidad se hace también patente en su peculiar forma de hablar, plagada de extraños términos, algunos formados por una mala o errónea pronunciación, otros tomados de formas arcaicas de la lengua, y otros completamente inventados. En ocasiones, estos insólitos vocablos tienen un poco de las tres cosas.
Pues bien, esta sección tratará, al menos en principio, sobre estos excepcionales palabros pronunciados por mi abuela; y en esta primera entrada, la palabra escogida es "peligarza".
En un principio, los presentes que escuchamos esta palabra de boca de mi abuela, dimos por hecho que se la había inventado. En esta creencia, le instamos a que esclareciera el significado de la palabra "peligarza", que ella definió como "casi puta", en palabras textuales, e insistió en su existencia invitándonos a que la buscásemos en el diccionario.
Así que me decidí a tratar de desentrañar los misterios de este término y, tal como sospechaba, no está recogido por la RAE, ni por el María Moliner, ni por ningún otro diccionario de renombre. Sin embargo, contra mi propio pronóstico, la palabra sí existe y además sí viene recogido de forma más o menos oficial en el Catálogo de Palabras Bornichas; una recopilación en línea de palabras singulares usadas en el pueblo de Bornos (Cádiz), y que define así el vocablo: «Peligarza: Dícese de mujer un poquito más alegre de la cuenta».
Al final, resultó que el testimonio de mi abuela era totalmente ajustado a la realidad ¡qué grande es esta mujer!

miércoles, 3 de abril de 2013

VUELVEN LOS JOES

El principal mérito de esta propuesta absolutamente palomitera es su honestidad, pues a diferencia de otros filmes que prometían ser el champán del cine de acción y luego nos dieron garrafón, G.I. Joe: La venganza (G.I. Joe: Retaliation, Jon Chu,2013) promete mierda de la buena y nos la da a capazos.
Sin embargo, ofrece otros atractivos soterrados, y es que se erige como una metafórica y anfetamínica parodia de los tejemanejes de la política exterior mundial. Parece pretencioso hacer esta lectura de una película así, pero no hay más que ver las noticias internacionales para ver que G.I. Joe: La venganza es la eyaculación alegórica de la paja militar que se está haciendo el mundo.
En todo caso, no está a la altura de la primera entrega, que pasó un poco desapercibida por estos lares; aunque tiene bastante gracia ver como esta segunda parte dinamita en sus primeros diez minutos toda relación con su antecesora (G.I. Joe: The Rise of Cobra, Stephen Sommers, 2009).
Para desconectar el cerebro y disfrutar un rato de esta nueva tendencia del "cine Hasbro". Y además sale Bruce Willis y un buen puñado de ninjas.


GATICOS Y PIANOS: KEYBOARD CAT ADS

Es curioso como los fenómenos de internet trascienden a la propia red y acaban impregnando aspectos cotidianos de nuestra vida. Y los anuncios televisivos no son una excepción, ni siquiera los de poderosas compañías multinacionales.
Y si hablo de esto es porque precisamente uno de mis fenómenos favoritos está ahora mismo en pleno auge en la televisión española. Se trata de Fatso, el genial y maravilloso Keyboard Cat. Para los despistados, se trata de un gato al que se manipula para simular que toca el piano. Tan simple como genial.
Todo comenzó con el primer anuncio de la ya archiconocida campaña de la compañía Coca-Cola, "a tomar Fanta":


Luego prosiguió con el anuncio de la colección de Doraemon de Nocilla:


Y ahora mismo está en pleno apogeo televisivo el nuevo anuncio de la ya mencionada campaña de Fanta, en el que el asunto ha evolucionado hasta convertirse en una banda felina al completo:



Pero por mucho que todas estas iniciativas me parezcan muy loables, nunca jamás podrán superar al único y original:


¡Larga vida al Keyboard Cat!

martes, 2 de abril de 2013

III SALÓN DEL MANGA DE ALICANTE: ELUCUBRACIONES TEÓRICAS SOBRE UNA GUERRA HIPOTÉTICA

Antes de entrar en materia, me gustaría dejar claros unas cuantas cuestiones:

-Primero: no soy sociólogo ni nada por el estilo, así que todo lo que voy a exponer surge de mi propia experiencia y/u opinión personal.

-Segundo: voy a generalizar. Ya sé que “hay de todo en todos lados”, pero aquí voy a recurrir a reduccionismos y estereotipos, por simplificar. Avisados estáis.

-Tercero: puede que lo consiga o no, pero voy a tratar de ser lo más imparcial posible en mis juicios.

-Y cuarto: si esperas una crónica detallada, precisa y ortodoxa del III Salón del Manga de Alicante, sigue buscando.



En cuanto al Salón en sí, pues más de lo mismo. Y no lo digo de forma despectiva, en el sentido de “otra vez lo mismo”, que también, si no que me refiero a “lo mismo del año pasado”, pero en mayor cantidad: más estands ―de estos no muchos más―, más gente, más actuaciones, más concursos, más talleres, etc.
Sin embargo, he aquí el hecho singular sobre el que pretendo focalizar la entrada, y es que este III Salón del Manga de Alicante coincidió, tanto en fecha como en lugar, con el SpringFestival.
Vamos a desgranar al público estos dos eventos. Por el lado de los asistentes al del salón del manga, encontramos un conglomerado compuesto por otakus, frikis, aficionados a los tebeos, aficionados a los videojuegos y curiosos en general. Un público bastante diverso, pero con cierto punto de homogeneidad.
Y en la otra cara de la moneda, tenemos a los asistentes al Alicante Spring Festival.
Para empezar, cabría explicar la insólita naturaleza de este festival de música, que une a lo más granado de la música independiente nacional, con dj sets de homenaje a las sesiones ibicencas. ¿Qué clase de público conlleva tan ecléctica propuesta? Pues en un bando encontramos a la masa hipster-indie-moderna, y en el otro, en este caso, a los bakalas. Término este, el de bakala, que mucho ha evolucionado, pues pese a ser la corriente mainstream de la cultural juvenil durante los noventa, ahora, por decirlo de algún modo, han sufrido una cierta evolución ―o involución―. Por un lado tenemos a los bakalas puros, los que se quedaron en los años noventa, y cuya adhesión a esta subcultura tiene cierto cariz nostálgico e incluso retro. Por otro lado, están los bakalas que, basándose en su pasión por la música electrónica, se desplazó hacia sectores más experimentales e independientes, y que ahora tienden en parte hacia ámbitos más hipsters de la música electrónica. Y por último tenemos a los bakalas reconvertidos en canis, movimiento ―o lo que sea― que ha sido el sustituto natural del movimiento ―o lo que fuese― bakala; pero cuyas conversiones a nivel individual ―de bakala a cani―, han sido más bien escasas en volumen, pues el factor edad ha jugado en contra de las filas canis, que solo han absorbido a los bakalas de personalidad más inmadura.
Y como tercer segmento de público asistente al Spring Festival tenemos a los canis en sí mismos, pues se sienten atraídos por cualquier cosa que contenga las siglas “DJ”. Anuncia una partida de rol usando las siglas de la denominación “director de juego” y allí se presentará una docena de canis que acabará tragándose los d20 creyendo que son alguna nueva droga de diseño.
Pues ahora une a este heterogéneo conglomerado festivalero a los asistentes del Salón del Manga y ríete tú de la concurrencia del flashmob de Los amantes pasajeros y la Muestra SyFy.
Al final, es verdad, esto no supuso más conflicto que el de la masiva aglomeración de coches y gente, pero no es descabellado suponer que había ingredientes suficientes como para que cupiese la posibilidad de que la cosa fuese un poco más allá, y que sectores tan dispares entrasen en conflicto.
                Y sobre esa hipotética colisión de mundos es de lo que va esta entrada, al más puro estilo de El guerrero más letal.
La primera piedra de la disputa habría venido casi sin lugar a dudas por parte del sector bakala-cani, entre cuyas líneas hay sujetos ciertamente belicosos que no habrían dudado en convertir en el blanco de sus hostilidades a algún despistado grupo de frikis. Y ya tenemos la mecha encendida, pues ante un atisbo de amenaza, los frikis cerrarían filas en torno a sus camaradas, al menos aparentemente, mientras que el sector bakala beligerante no se perdería la contienda y, en principio, por cierto sentimiento de grupo, se conformarían como un bando rival.
Mención aparte merece el sector hipster-moderno se abstendría de participar en algo tan kitsch como una batalla cuerpo a cuerpo, y se desmarcarían totalmente de ella con actitud indieferente.
Pero volviendo al conflicto, ¿cómo se desarrollaría semejante contienda? Lo cierto es que hay diversos factores a tener en cuenta.
Un elemento importante sería el factor numérico, pero lo cierto es que a este respecto no tengo ningún dato y ni siquiera soy capaz de hacer una estimación. Lo único que puedo decir es que aunque en un primer momento el bando friki respondería en masa, no tardaría en retroceder una gran parte del mismo en cuanto el peligro fuese realmente palpable. En todo caso, y como esta batalla es puramente teórica, partiremos de la premisa de que ambos bandos comienzan en igualdad de número.
Está claro que en cuanto a potencia física el sector bakala gana por goleada, lo que sumado a su mayor experiencia en situaciones violentas, le da de entrada una gran ventaja a esta facción. Por otro lado, el sector friki es muy dado a la práctica, conocimiento, estudio e incluso invención de todo tipo de artes marciales orientales; y aún parte de ellos puede que participe en algún tipo de competición oficial. En cualquier caso, tanto los frikis artistas marciales profesionales o amateurs poseen ventaja técnica sobre los bakalas, pues carecen de los vicios pugilísticos adquiridos por estos últimos; y es si alguna vez habéis sido testigos de una pelea entre bakalas, habréis podido observar cómo pese a presumir muchos de ellos en estudiar algún tipo de arte de combate, a la hora de la verdad, y probablemente debido a su incapacidad de reflexión, la “lucha bakala” consiste más bien en una especie de abrazo arrebatado, en el que pese a haber patadas y puñetazos, estos son prácticamente inefectivos por la extremada proximidad de los contendientes, y al final más que un combate parece un baile de salón violento.
Por otro lado, la horda friki tiene otros dos puntos a su favor. El primero es que, en un evento como un salón del manga, muchos de ellos van armados, algunos con réplicas inofensivas de las armas de sus personajes, cierto, pero otros portan réplicas exactas. Y por exactas me refiero también al material de fabricación. Así que no sería extraño que algún bakala resultase herido por una auténtica arma shinobi ornamentada con símbolos de la aldea ninja de Konoha. Y el otro punto a favor de la facción friki, hablando en términos de batalla, es que entre sus filas militan verdaderos psicópatas, tanto ignotos como reconocidos, que atacarían con inconsciente ferocidad. A estos los podríamos llamar “berserkers frikis”, y aunque caerían rápido, infligirían un gran daño en la filas enemigas.


Otro factor a tener en cuenta es el de los refuerzos. Mientras el sector bakala tendría que contar con el apoyo de amigos que tendrían que venir adrede, si es que no estaban ya allí; el sector friki cuenta con el apoyo masivo e incondicional de sus padres. Y es que qué no harían estos sacrificados progenitores por sus hijos, si los llevan en coche, les ayudan a confeccionar sus disfraces y permiten a sus hijas preadolescentes vestir con atuendos sacados de series anime que harían sonrojar a una stripper, solo para que sean felices.
También hay un aspecto que juega en contra del bando bakala, y es que durante la lid, es posible que la motivación inicial del conflicto se fuese desvaneciendo, y recayendo en viejas costumbres, al final los bakalas acabasen enzarzados entre ellos mismos.
Y por último, tenemos el factor tiempo, y es que la hora a la que se produjese este hipotético enfrentamiento influiría en ciertos aspectos tanto para uno como para otro bando. Si hemos partido de la hipótesis de que los bandos comenzaban con simétrica proporción de contendientes, conforme avanzase la tarde, las filas bakalas aumentarían, mientras que mermarían las hordas frikis, debido al carácter nocturno y diurno de los respectivos eventos. Pero por otro lado, esta progresión horaria también influiría en el grado de alcoholización/drogadicción del bando bakala, lo cual podría derivar en verdaderos colapsos sensoriales, pues imagina el unir a la realidad distorsionada por los psicoactivos el hecho de que esa realidad ya esté copada por elementos extraños, como tropas de cosplayers y demás.
Al final, si hacemos un recuento de los pros y los contras de cada bando, parece que la balanza se inclina a favor de los frikis; sin embargo, creo que el componente físico del bando bakala podría resultar mucho más determinante.



En todo caso, para bien o para mal, no hubo que lamentar un incidente de estas proporciones, pero recalco que sería un escenario completamente factible.
Finalmente, me gustaría aclarar que esto no es una crítica para los organizadores ni del Salón del Manga ni del Spring Festival, pues ellos estarían supeditados a las fechas que les ofreciese el recinto ferial, sino que esta entrada pretende simplemente lanzar una pregunta a los gestores del Instituto Ferial Alicantino:  ¿Era su intención hacerlo bien? En ese caso, bajo mi humilde opinión, no ha sido así. ¿O acaso era su intención hacerlo mal? Pues si esa era la idea, entonces sí, me quito el sombrero, lo están haciendo ustedes estupendamente. Es más, les animo a que el año que viene vuelven a hacer coincidir estos dos eventos, y ya que están, pues organicen también el mismo día una visita del Papa, van ustedes por el camino correcto.
En fin.